10 de abril de 2013

Indignación nacional contra la madre del Topo



Aún recuerdo cuando la temporada pasada Pep Guardiola (del Gurú lo recuerdo casi todo, la verdad) celebraba la clasificación del Barcelona para los cuartos de final de la Liga de Campeones dando un palo al arbitraje de la liga española.
"Estamos muy contentos de continuar en la Champions, esta competición tan bonita y limpia ", dijo. Un año después, si el entrenador catalán está siguiendo la competición, desde la relajación que debe dar disfrutar de un añito sabático..., seguro que piensa: "¿Para qué diría nada?".

Y si no que le pregunten a Manuel Pellegrini qué tal estuvo ayer el colegiado Craig Thomson. Hum, ya lo hicieron en sala de prensa y dijo: "Creo que hemos hecho muy buen partido pero desgraciadamente no pudimos pasar o no quisieron que pasáramos. Un equipo sancionado no podía jugar la final de la Champions". La verdad -y a partir de aquí todo lo escrito está en MODO IRONÍA ON-, no entiendo de qué se queja el entrenador chileno. El árbitro escocés sólo cometió unos errorcillos sin importancia para el resultado final. Igual tenía que haber dejado al Borussia con nueve jugadores pero se ve que le dio cosa y permitió el juego duro del  equipo alemán durante todo el partido, en especial, los últimos diez minutos del match. Sacó una tarjeta amarilla a Jesús Gámez por ¡recibir una colleja! de Schmelzer, concedió un tanto en fuera de juego al Málaga de Eliseu y, para compensar este error, al Dormund le validó dos goles en los minutos de descuento en claro fuera de juego; en el último tanto cuatro atacantes del Borussia estaban en posición anti-reglamentaria de casi un metro. Vamos, un regalo a lo Stark con Ibrahimovic.

Que menuda fase final llevan los colegiados esta Champions. Controles con la mano en Milan y en el Bernabeu, goles en claro fuera de juego en Oporto, París, Munich, y Dormund, tarjetas amarillas para Yilmaz y Gámez por recibir el primero un pisotón de Ramos dentro del área blanca y Gámez por la colleja antes mencionada. Sin olvidar la roja a Nani en Old Trafford y todas esas faltas y faltitas no pitadas que tan bien le vienen al equipo que las ejecuta y que tanto desquician al que las recibe. Todo esto, escrito de memoria, y con la memoria que tengo no me extrañaría que se me estuvieran pasando por alto otras jugadas conflictivas y decisivas de los octavos y los cuartos de final. Yo sólo digo que al final, para sancionar a tanto colegiado fallón, más que una nevera ¡van a necesitar un congelador de tamaño industrial!

Eso si, como a Platini, Presidente de la UEFA, el Ojo de Halcón le parece una tecnología muy cara para determinar si se produce un gol fantasma durante un partido de Champions o Europa League, ha puesto en cada área, al lado de la portería, un árbitro auxiliar que está sólo para decir si la pelota entró o no (como diría Mc. Enroe). Y yo me pregunto... si sólo está para eso ¿por qué sigue las jugadas en el área con posturitas a lo Tom Cruise en Misión Imposible, ceño fruncido, y cara de "me estoy quedando con todo lo que pasa aquí" si luego no ven nada de nada, ni chivan al árbitro principal nada de nada?? ¿No saldría más barato ponerle la camiseta negra o amarilla a dos topos? Para los aficionados ubicados detrás de las porterías sería bonito poder hacer aquel chiste realidad: "Me voy a cagar en la madre del topo... Me cago en Topota madre, ¡hombre ya!". Yo al menos les pondría a estos colegiados una silla alta como la de los jueces del tenis, para ver si desde cierta altura les sería más fácil trazar el punto de fuga en las jugadas de ataque y así poder vislumbrar un fuera de juego, al menos de esos que son de entre 1 y 2 metros. Pero a esta idea mía es verdad que le veo un inconveniente. Quizás sería una figura demasiado tentadora para los delanteros que tienen el punto de mira algo desviado, como podría ser Alexis (por poner un ejemplo) y más de un balonazo se iban a llevar estos jueces.

Yo siempre he defendido el díficil papel que tienen los colegiados sobre el terreno de juego. Son decisiones que han de tomar en un segundo y es comprensible que algunas veces fallen, como también fallan los jugadores y los entrenadores. Por eso no me indigna que se equivoquen en un fuera de juego en el que para saber si la posición era reglamentaria o no tengas que repetir la jugada cinco veces y pedirle ayuda a un arquitecto. Pero el gol de Ibra en El Parque de los Príncipes y el 3-2 de ayer en Dormund... eso, bajo mi punto de vista es imperdonable. Como me indignan también que frente agresiones de según que jugador miren hacia otro lado. Porque hoy el Málaga podría estar clasificado para las semifinales de la Champions y las van a tener que ver por la tele. Con todo el dinero que hay en juego y el prestigio deportivo, que no se paga con todo el dinero del mundo, creo que donde está demostrado que no llega el acierto del árbitro debería llegar la ayuda tecnológica, como en el básquet. Esta es mi Fega-reflexión de hoy y así os la he contado.


NOTA DEL AUTOR: Este artículo es pura ficción. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia (esto espero que pueda evitarme alguna demanda).

Este artículo no es un medicamento. Para consumirlo y compartirlo no hace falta consultar con su famacéutico. Sólo tiene que dale al botón de compartir.