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El Real Madrid está jugando en el Bernabéu su partido adelantado por la Copa del Rey contra el Málaga de Pellegrini. Si el club blanco no sumara los tres puntos, cosa harto imposible ya que está ganando por 5 a 2 en la segunda mitad, esta liga ya sería matemáticamente del F.C.Barcelona.
Florentino Pérez empezó la semana pidiendo la unión del madridismo, del equipo y la afición para afrontar de la mejor manera posible la final de la Copa del próximo viernes 17. Pero Mourinho no estuvo ayer por la labor de concederle el deseo a su presidente, y salió a la sala de prensa de Valdebebas, con el traje de pirómano y el lanzallamas cargado de fuego. Y disparó contra todos los flancos que los periodistas le pusieron a su alcance. En una misma diana estaban Pepe, Casillas e Iniesta. Y pim, pam, pum.
Resumiendo sería algo así como que "el problema de Pepe es la frustración. Se ha visto atropellado por Varane, un niño de 19 años". Del tema de Iker Casillas dijo que "es tan simple como que me gusta más Diego López como portero, igual que a Casillas le puede gustar más Del Bosque, Pellegrini o otro entrenador más manejable". Y a Iniesta le recomendó que "esté mas pendiente de su equipo que cuando no juega Messi ya se ve lo que pasa en la semifinal de Champions". Y aún le quedó tiempo para vacilar a un periodista que le preguntó si ha pensado en dimitir, al que respondió con sonrisa socarrona: "He pensado en continuar".
Con semejante panorama, el aficionado culé tendría que estar frotándose las manos. El Real Madrid es un auténtico polvorín. La eliminación en semis de champions ante el Borussia de Dortmund ha destapado la caja de pandora en la casa Blanca. Jugadores por un lado, entrenador por otro, el presidente sobrepasado y la prensa dando palos a diestro y siniestro. Y encima, el alirón a tiro de piedra, a un traspiés merengue o a una victoria culé.
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Así que ni los azulgranas pueden disfrutar del mal momento blanco ni los merengues asistir tranquilos al baile de mercato que se vive en Barcelona. Y mientras en Alemania viven con ilusión la previa de la final de la Champions entre el Borussia y el Bayern y la llegada de Guardiola. ¿Igual en "la mejor liga del mundo" hacía falta un tortazo europeo como éste para dejar de mirarse el ombligo, no? Hay que trabajar más, entrenar más fuerte y hablar más en el campo y no tanto fuera de él.
Esther Fega