Era el segundo entrenador en la sombra hasta que en la Supercopa, en agosto, el dedo de Mou le llevó a la primera plana. Muy a su pesar, Tito Vilanova se hizo mundialmente conocido. Una anécdota que quedó en nada tras conocerse la peor noticia y la que le llevó de nuevo a portada: Tito tenía cáncer.Dos semanas después de la intervención retoma los entrenamientos y vuelve al banquillo. Son tiempos felices. Recuperación y titularidad como entrenador tras la marcha de Pep Guardiola. Todo parece ir bien hasta que empieza de nuevo esta cronología de idas y venidas con la enfermedad.El 19 de diciembre en la comida de Navidad, prácticamente un año después de su primera operación, otra vez la peor noticia golpeaba al conjunto culé y al mundo del fútbol: Tito, anunciaba el Barça, recaía.Tras ello fue operado de urgencia, y aunque le dan el alta el 22 de diciembre, el 21 de enero viaja a Nueva York para someterse de nuevo a otro tratamiento. Son dos meses los que pasa allí peleando contra la enfermedad, pero regresó justo a tiempo de ver al Barça proclamarse campeón de liga.La buena noticia era que en la última semana se le veía aún más luchador, en los entrenamientos y en la sala de prensa, donde no se cortó a la hora de poner en solfa a su amigo Pep Guardiola y era noticia por ello.La mala es que mañana su dimisión y los motivos que la han ocasionado volverán a ser portada...
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