Este martes 11 de junio se cumplen exactamente 15 años desde que un exótico árbitro del país africano de Niger, llamado Lucien Bouchardeau, quien entró en los anales del fútbol chileno como uno de los personajes más odiados por los fanáticos nacionales.
Todo porque este desconocido réferi, fue designado por la FIFA como el encargado de impartir justicia en el choque inaugural del Mundial de Francia 1998 ante Italia. Duelo que comenzó cuesta arriba con el gol de Christián Vieri a los 10’, pero que se volcó gracias a la maravillosa actuación de Marcelo Salas y sus tantos a los 45’ y 49’.
Nadie podrá olvidar, sin embargo, esa jugada a los 85’ del pleito, cuando Roberto Baggio hace chocar el balón en la mano de Ronald Fuentes. Tras la incredulidad de todos, Bouchardeau cobra penal y el mismo Baggio convierte el 2-2.
Muchos años pasaron y recién en 2007 en entrevista con El Mercurio, el calvo árbitro de Niger pidió perdón.
“Mis disculpas para Chile, fue sin intención. Nunca pensé que un país entero me odiaría. He visto muchas veces esa imagen, es lógico. Sufrí mucho, se acabó mi carrera. No quise favorecer a nadie. Vi una mano dentro del área que interrumpió un centro”, sostuvo en aquella ocasión.
De todas formas, Bouchardeau se transformaría en un síndrome, y que varias veces se usó para desprestigiar a sus colegas.
Así lo hizo Jorge Valdivia en 2011: “Selman y Osses están a la altura de Lucien Bouchardeau …”
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