
El conjunto madridista recibe al equipo que desató el pasado 22 de
diciembre la gran crisis abierta actualmente entre el técnico José
Mourinho y el portero Iker Casillas, y extendida posteriormente al resto
de la plantilla. En aquella ocasión, hace ya una vuelta y en La
Rosaleda, el portugués daba entrada a Antonio Adán y sentaba al capitán
blanco, que no era suplente por decisión técnica desde un Deportivo-Real
Madrid en Riazor el 10 de mayo de 2002. El cuadro malaguista vencía por
3-2 y dejaba a su rival a 16 puntos del FC Barcelona.
Casi cinco meses después y a 11 puntos del conjunto azulgrana, los
de Mourinho afrontan el duelo con el gran aliciente de evitar el alirón
de su eterno rival, que se proclamaría campeón si no ganasen ante los
andaluces. Eliminados en Liga de Campeones y sin posibilidades en el
campeonato liguero, sólo una victoria en la final de Copa ante el
Atlético podría apaciguar los ánimos del entorno madridista, agitado en
las últimas semanas por la incertidumbre de la continuidad de su
entrenador.
Además, el preparador luso ha desvelado que Pepe ha perdido la
titularidad, y que "su problema" es Raphael Varane, en un momento de
forma espectacular y que formará en el centro de la defensa junto a Raúl
Albiol, que regresa tras cumplir sanción ante el Valladolid. Con las
lesiones de Sergio Ramos, Marcelo y Álvaro Arbeloa, Nacho y Fábio
Coentrao ocuparán los laterales. Tanto en el centro del campo como en la
delantera estarán todos disponibles, a excepción de Sami Khedira.

La presencia del centrocampista portugués Eliseu Pereira es la
principal novedad de la convocatoria del conjunto andaluz para el
choque, en donde no estarán el centrocampista francés Jérémy Toulalan y
el central Jesús Gámez, ambos lesionados, y el defensa brasileño
Weligton de Oliveira, que debe cumplir sanción.